Ayer fué Domingo de Resurrección, para nuestro señor Jesucristo y para el Real Madrid que entrena ese señor italiano con cara de ardor de estómago.
Ganamos en casa al potentísimo Osasuna, lo que es noticia para lo que nos tiene acostumbrado el equipo en su estadio este año.
Antes los rivales venían al Bernabeu con la casi seguridad de que perderían. Ahora vienen a ver si pueden sacar un empate o una victoria. ¡Como ha cambiado el cuento!
Pero ahí estamos, a un punto del Sevilla y a dos del todopoderoso Barcelona.
Como madridista que soy, no me gusta el Barcelona, aunque reconozco que ha tenido equipos muy buenos, como el que tiene ahora. Lo que más me fastidia es que cuando los han tenido, como el llamado Dream Team o el de Ronaldinho, parece que son los inventores del futbol, que hay un antes y un después de esos equipos, y no es así.
Sólo hablaré de los equipos que he visto jugar. ¿Acaso el Milan de Gullit y Van Basten no marcó una época? Y si no que nos lo pregunten a los madridistas, las palizas que nos dieron.
¿Y el Madrid de las tres últimas copas de Europa que? ¿Se las han regalado en una tómbola?
Si señor, tienen ustedes un gran equipo, pero no quieran ser el ombligo del mundo por favor.
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